Una nueva manera de gobernar
- José A. Hernández C.
- 27 ago 2018
- 3 Min. de lectura
Renovación política es la palabra. Innovación nacional, el objetivo. Impunidad gubernamental y obstáculos para la creatividad, la mayor debilidad.
2018 Año en el que MORENA arrasó en las elecciones y no solo tiene al presidente electo, si no que también tiene la mayor fuerza de representación en las camaras legislativas. Año también, en que los partidos políticos de México atraviesan las peores crisis de su historia; realmente, hoy no existe una oposición que realmente tenga el trasfondo y la validez para poder funcionar de contra peso al gobierno entrante. El partido más vertical del país, la organización política con menos fundamentos históricos y con nula identidad, tendrá la mayor fuerza de acción y poder dentro de la toma de decisiones del país durante los próximos años.
De visualizarlo como obstáculo nos estaríamos minimizando; la realidad es que es la mejor oportunidad que tiene México para poder crecer. Pues, en gran medida si a México le va bien, a Andrés Manuel también le irá bien. El país no se encuentra en problemas, más bien se localiza en una zona de oportunidades en dónde puede encontrar la manera correcta en la cual debe ser gobernado. México está por conocer una nueva ideología política (aunque el partido carezca de esta misma), está por probar una nueva forma de gobierno y además, está por enfrentarse a un futuro repleto de incertidumbres que, si no se analizan ni se examinan de la manera correcta para tomar las mejores decisiones, todos nos encontraríamos en peligro.
Que buena oportunidad para levantar la mano y decir "aquí estoy, aquí estamos, aquí no tenemos miedo".
A pesar de que la juventud de México hoy en día se enfrenta a fuertes obstáculos para poder comenzar a innovar, crear, fomentar y crecer, hay casos en especifico de jóvenes que persisten en su amplio deseo de aprendizaje eterno. Sí hay de esos, aún existen y aunque casi no se vean, por ahí se encuentran.
La perspectiva en la que vemos al futuro debería de cambiarse; en lugar de abrumarnos por que nos da miedo lo que pueda suceder y comenzamos a ver la incertidumbre como un peligro, el verdadero cambio se verá representado por aquellas personas que ven oportunidades dentro de los riesgos y que ven crecimiento dentro de esta incertidumbre. El cambio que realmente México necesita, probablemente está en estos valientes jóvenes que no tienen miedo de arriesgarse y de remar contra corriente.
No se trata del mismo discurso político que palafrasea con el "los jóvenes somos el futuro", se trata del verdadero enunciado de acción, de la real y honesta iniciativa de cambio, de las promesas honestas y del futuro entusiasta. Hablo de no representar otra cosa más que esperanza.
Participación juvenil dentro de las decisiones públicas y desarrollo joven dentro de las organizaciones políticas deberían de ser uno de los mayores puntos de enfoque dentro del plan del próximo presidente del país. Acercamiento y sobre todo acción, para incentivar la innovación y la creación de nuevas ideas y fórmulas que puedan mejorar el rendimiento y el funcionamiento de la economía, seguridad, ciencia y política del país. Probablemente sea demasiado para resolver dentro de la cabeza de un alma joven, pero el entusiasmo por servir y las ganas de cumplir objetivos siempre se pueden encontrar dentro de las almas más jóvenes del país. Si México ya se encuentra harta, cansada, sin paciencia y hasta con poca tolerancia hacia las instituciones políticas y los organismos de gobierno, entonces se debe de buscar la solución en las mentes nuevas que pueden solucionar los problemas que las nuevas generaciones atraen consigo.
Probablemente, soluciones a millones de problemas por los cuales México atraviesa, puedan ser resueltos mediante la imaginación de un joven entusiasta que está comprometido con el futuro de la sociedad dentro de la cual se encuentra y emocionado por cumplir sus objetivos.
El futuro ya no es el futuro, si no más bien es el presente. El día es hoy, no mañana ni después, pues es tiempo de acción y no de ficción.
Somos los novatos de la peor generación, los que tenemos la llave para la nueva era del país.
"Del hartazgo a una nueva manera de gobernar".
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